viernes, 10 de octubre de 2014

El gozo del ministerio pastoral

Durante el mes de octubre, tanto en Estados Unidos de América como en varios países de latinoamérica, se celebra y se agradece a los pastores por su ministerio. Esta es una buena costumbre. El autor de la carta a los Hebreos les escribió a los creyentes de su época en relación a sus pastores (13:7, 17): “acuérdense”, “consideren”, “imiten”, “obedézcanlos”, y “sométanse”.
Para este breve artículo he tomado como base algunas ideas que el autor mexicano Luis Gabriel César comparte en su libro El gozo del ministerio pastoral (publicado por nuestra Editorial Mundo Hispano). La propuesta concreta del pastor César es que el pastorado es una vocación gozosa por las siguientes razones:
1. Respondemos al llamado de Dios a servirle al ser confrontados por la poderosa Palabra de Dios.
2. Reafirmamos nuestro caminar diario en la voluntad de Dios por medio de la oración.
3. Nos fortalecemos en la fe y en la visión de servicio al Señor al recibir el apoyo y testimonio de personas maduras.
4. La disposición para obedecer los mandatos de la Palabra de Dios nos produce gozo y alegría.
5. Mantener el enfoque de la vocación pastoral debe mantenernos ocupados en la tarea a la cual Dios nos ha llamado.

En el capítulo que habla acerca de la relación del pastor con la iglesia, el autor César comparte algunas ideas tomando como base bíblica 1 Pedro 5:1-4. Allí nos comparte algunos “secretos” para mantenernos firmes en el ministerio:
1. Debemos mantener fuera de nosotros el orgullo de la posición (5:1). Pedro, olvidando su gran título de “Apóstol” dice que él es “anciano participante”. Debemos recordar que los pastores somos siervos.
2. Debemos tener un corazón pastoral (5:2a). Esto quiere decir que el pastorado es un llamado; es un regalo de Dios. No existe “la profesión pastoral”. El pastorado requiere reconocer que “el rebaño” (la iglesia) es de Dios.
3. Debemos mantener una actitud de disponiblidad (5:2b); bien lo expresó Pablo a Timoteo “a tiempo y fuera de tiempo” (2 Timoteo 4:2). Claro, sin exageraciones que nos pudieran llevar al agotamiento.
4. Debemos asegurarnos de que nuestra participación en el ministerio no es motivado por beneficios egoístas (5:2c). Lo que hago para el reino de Dios debe tener en cuenta tres cosas: el propósito, el proceso y los motivos.
5. Debemos mantener una actitud de mansedumbre (5:3). La congregación que tiene un pastor gozoso marchará con libertad y con actitud de siervos.

Recordemos entonces que el pastorado, más que un trabajo, una profesión o un pasatiempo, es un llamado que requiere lo mejor de nosotros. Reconocemos que la tarea a la que hemos sido llamados no es nada fácil. Requiere lo mejor de nuestra vida, de nuestros talentos y de nuestras habilidades, y sobre todo de los dones que el Espíritu Santo nos ha dado. Pero nunca debemos olvidar que la obra es de Dios y que nosotros somos sus siervos fieles, dedicados y consagrados.

Los pastores tenemos una bendita promesa en 1 Pedro 5:4: “Y al aparecer el Príncipe de los pastores, recibirán la inmarchitable corona de gloria”(VMH).


Editorial Mundo Hispano saluda y felicita a los pastores junto con sus familias. Nos comprometemos a seguir proveyendo los mejores recursos y materiales para ayudarles en el ministerio que desarrollan.

David Fajardo, Conexiones