viernes, 27 de febrero de 2015

Fortaleza en medio de las pruebas

Cuando las cosas marchan aparentemente bien y pareciera que todo está bajo “control”, la vida es relativamente fácil y llevadera; sin embargo, cuando llegan las inevitables pruebas, y circunstancias difíciles, buscamos respuestas a una lista de interminables preguntas como: ¿De dónde viene esta prueba? ¿Para qué esta prueba? ¿Qué debo hacer en medio de esta prueba? ¿Por qué a mí? ¿Quién me ayudará a soportar y superar esta prueba?, y muchísimas más.

En cierta ocasión alguien le preguntó a un herrero que estaba pasando por una prueba muy dura y complicada: ¿Cómo le haces para mantener la calma y soportar todo el sufrimiento que esta prueba ha traído a tu vida? El humilde herrero respondió sabiamente:

“Cuando necesito hierro de excelente calidad este debe estar bien templado; para lograrlo lo someto a calor muy intenso y a golpes muy duros para quitarle todas las impurezas. Solo el hierro de excelente calidad resitirá la prueba y podrá ser usado en proyectos aun mayores; el hierro que no soporta la prueba se va a quebrar fácilmente y como no me servirá lo echo al montón de desperdicios. Dios está haciendo conmigo de la misma manera que yo hago con el hierro. Por medio del calor y los golpes de las pruebas, él me está capacitando para que llegue a tener el temple que necesito y pueda ser usado por él en tareas aún más difíciles. Dios me da el temple por medio de las pruebas”.

Enfrentarnos con una prueba, sin importar qué tipo de prueba sea, no es precisamente algo que la mayoría de nosotros quisiéramos experimentar. No nos gustan esas sensaciones de incertidumbre, de duda, de ansiedad, de presión interna, de angustia que acompañan a todo tipo de prueba. Sin embargo, gústenos o no, en algún momento, en la trayectoria de nuestra vida, tendremos que experimentar en carne propia los latigazos, estirones y dolores que toda prueba trae. Y será entonces, en momentos así, cuando vamos a necesitar ese temple (fortaleza) que mencionó el herrero de nuestra historia.

La fortaleza que necesitamos para soportar las pruebas que vienen a nuestra vida es una fortaleza sobrenatural que viene desde el mismo cielo. No es algo que podemos crear por nosotros mismos. Es una fortaleza de naturaleza superior que se origina en el mismo corazón de Jesús, quien fue el que dijo: “En el mundo tendrán aflicción [pruebas], pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!” (Juan 16:33, RVA 2015, énfasis añadido). Solamente Jesús puede darnos fortaleza verdadera y hacernos vivir en victoria aun en medio de las pruebas; solo él puede darnos esa fortaleza sobrenatural que necesitamos en los momentos difíciles; solo él nos puede dar la sabiduría necesaria para manejar las pruebas que enfrentamos mientras vivimos en esta tierra.

Quizá usted se pregunte: ¿De qué manera puedo obtener esa fortaleza sobrenatural? Permítame decirle que no es algo mágico que viene como resultado del pensamiento positivo o algo por el estilo. Esa fortaleza divina viene como resultado de una relación íntima y fresca con nuestro Padre Celestial por medio de la oración y el estudio de su Palabra. Es el resultado de una búsqueda diaria e intencionada de su presencia bendita en cada área de nuestra vida. Pero también es el resultado de morir; ¿morir? Sí, el resultado de morir a los deseos y las expectativas personales, y descansar en el plan perfecto que Dios tiene aun en medio de la prueba y el sufrimiento.  

Es probable que por ahora todo ande bien en su vida y que no esté experimentando ninguna situación de pérdida que entristezca su corazón. ¡Gracias a Dios por ello! Pero como no tenemos forma de conocer el futuro, y no sabemos qué nos traerá el mañana, es necesario que aprendamos y estemos seguros de algo muy importante: ¡Dios mismo nos ayuda a pasar la prueba! Después que hayamos pasado la prueba estaremos más templados y aptos para tareas aun más difíciles.

Además de la lectura bíblica y el crecimiento en su intimidad con Dios, le recomendamos dos libros que serán de mucha ayuda:

¡Encuentra a Dios cuando más lo necesitas! de Chip Ingram, y
Sorprendido por su gracia. Dios nunca deja de buscarte, de Tullian Tchividjian.
Solicite el bosquejo del contenido y el primer capítulo de estos dos libros a:
familiasbendecidas@editorialmh.org. Consíga los dos libros en la librería cristiana local o en: www.editorialmundohispano.org

David Fajardo
Conexiones